domingo, 3 de agosto de 2008

EL TIEMPO QUE NO PASO

Una noche despues de un concierto.


Estaba petado, se dice así, si, creo que también lo habré dicho yo alguna vez, es una de esas palabras nuevas que aparecen sin saber como, y desaparecen de pronto, por que se gastan, supongo. Esta noche estuve en un concierto y el local estaba así: petado. Cuando llegamos, había un montón de gente a la puerta, cerveza en mano y sonrisa puesta, que decía una canción de hace no se cuanto tiempo. La música se escuchaba ya desde lejos, y conforme nos acercábamos al lugar, apurábamos el paso, esperando no perdernos la actuación de Alejandra.

Como pudimos, nos hicimos un hueco, al principio, casi tímidamente, nos colocamos a la entrada, donde estaban todos, o eso pareciera, hasta que Alex nos vino a saludar, tan cariñosa como siempre, se la notaba algo nerviosilla, pero trataba de disimular su excitación. Su presencia nos dio cierta seguridad y de repente estábamos apoyados en la barra, con un vaso en la mano, moviendo disimuladamente los pies al ritmo de la música. Hacia calor, mucho, y no solo temperatura, el ambiente también era calido, acogedor y divertidamente contagioso.
Rodeados de papa-rachis los músicos se van alternando en el escenario guiados por un piloto que no se llamaba Alonso ni falta que hace: Son mucho mas nuestros, Rubén, Koky, el Jure, Eduardo, Javi, Sandra, Alejandra..., tan taran tan tan, tan. tan tan tan tantan...... Hojala estuviéramos aquí! No hace tanto éramos nosotros los que bailábamos al son de las guitarras y las voces de otros ídolos locales.... Wish you where here! Olía a maria y los besos sabían a quinto de cerveza, y nos dejábamos llevar por la edad y el descaro del rock and roll mezclado con la pasión de la juventud, igual que ellos. Me suenan sus voces, sus guitarras, sus canciones, ¡Que bien tocaba Toño!

Ale me pasa la cámara, sube al escenario con desparpajo, y yo me siento en el suelo al lado de Paula, que me advierte que no deje de grabar ni un solo detalle entre aplausos y gritos de complicidad; Por la cámara no se ve absolutamente nada, pero yo continuo grabando, me siento orgulloso de nuestros hijos, casi no escucho la canción, pero se que es ella, me encanta como suenan.

Los altavoces distorsionan un poco, pero se lo están pasando igual de bien, que mas da la música. La música la letra el ambiente los amigos la cerveza la maria, los altavoces: les gusta lo que hacen, es su momento y lo disfrutan, como nosotros antes de ayer. Tal vez hace menos tiempo del que parece?, Si, esta noche fue ayer, seguro, aunque ellos están aquí para recordarnos algo importante, el tiempo... ¡que tiempos!, Son los nuestros: dignos herederos de aquella generación que se nos escapa entre las canas y las arrugas disimuladas por la penumbra del local, son nuestros hijos, con los que jamás hemos dejado de tocar, bailar, y soñar, ¡jamás!.

Ellos no lo saben, o si, pero ni se dan cuenta de que éramos nosotros los de la leche en polvo y el queso americano, ha pasado el tiempo y sin embargo, no paso lo suficiente para que nos hayamos olvidado de nada, ni de nadie... Ahora tú qué pensarás?, dice su canción, si cuanto más me oprimían más amé la libertad. Es a ti a quien canto hoy, enseña a tus hijos, enseña a tus hijos a amar la libertad.... Creo que nosotros no lo hemos hecho del todo mal, seguro que ellos tampoco.



Arenas de Soledad (Habana Blues)

Empezar de nuevo sin destino
y sin tener un camino cierto
que me enseñe a no perder la fe,
y escapar de este dolor
sin pensar en lo que fue.
¿Cuanto aguanta un corazón
sin el latido de creer?
En lo bello, en la verdad de la esperanza
de esta sed de amar,
en los sentimientos
que se quedan,
sueños que perduran.
Y busqué y subí y fui preso
entre las alas del amor,
sin distancia y sin recuerdos
en las arenas de esta soledad.
Presa de un silencio roto
hijos del amanecer,
que nunca alcanzó esa luz,
tan confundida en el placer.
Y cierro los ojos,
sólo para comprender,
cuánto aguanta un corazón
sin el latido de creer...